domingo, 22 de mayo de 2016

Percepcion del sonido.

Cuando un objeto vibra, esa vibración se transmite a las moléculas de aire que lo rodean. Se inicia así un proceso en cadena, una especie de efecto dominó, en el que las moléculas se van empujando unas a otras:
  • FASE 1:

    Nuestra oreja actúa entonces como una antena receptora, capturando esas vibraciones del aire y conduciéndolas a través del conducto auditivo hasta el tímpano.
  • FASE 2:

    Las ondas sonoras hacen entonces que el tímpano vibre y, a través de los huesecillos del oído medio (martillo , yunque y estribo), se transmitirán amplificándose hacia la ventana oval del oído interno.
  • FASE 3:

    En el oído interno un líquido estimula a las células cilíacas, que serán las encargadas de enviar impulsos eléctricos a través del nervio auditivo hasta el cerebro.

 


El umbral auditivo del ser humano muestra las limitaciones que tiene para percibir las alturas y las intensidades de los sonidos.

 


Los límites de nuestra percepción son límites que, lógicamente, afectan a la música como arte. Es decir, se restringe el número de posibilidades en cuanto al rango posible de frecuencias, intensidades, duraciones y timbres que pueden ser empleados en la composición. Estos límites son incluso, como veremos más adelante, el punto de partida para generar los algoritmos de compresión del sonido (en esencia la idea consiste en eliminar toda la información que se recoge en un grabación, pero que nuestro cerebro no es capaz de percibir).

fuente:educacion.es

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